La educación es importante para cualquier proyecto o proceso de cambio o mejora social. Aunque las leyes pueden y de hecho ayudan, es la educación la que da las herramientas para hacer de las buenas decisiones un estilo de vida saludable y equilibrado para todos.
Los alumnos de sexto año del Colegio Miraflores de Cabo Verde, visitaron el Ecocentro o Centro de Promoción Ecológica, que trabaja en la defensa, conservación y difusión del conocimiento sobre plantas y animales, en el ámbito de la disciplina Ciencias de la Tierra y la Vida.
Dicho centro, promueve la economía circular en la gestión de los residuos y subproductos orgánicos generados por las industrias agrarias y agroalimentarias de la Región Macaronésica (Macaronesia es el nombre colectivo de cinco archipiélagos del Atlántico Norte, más o menos cercanos al continente africano: Azores, Canarias, Cabo Verde, Madeira y las islas Salvajes).
¿En qué consiste esta economía circular?
“La economía circular es un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende.
En la práctica, implica reducir los residuos al mínimo. Cuando un producto llega al final de su vida, sus materiales se mantienen dentro de la economía siempre que sea posible. Estos pueden ser productivamente utilizados una y otra vez, creando así un valor adicional.
Contrasta con el modelo económico lineal tradicional, basado principalmente en el concepto “usar y tirar”, que requiere de grandes cantidades de materiales y energía baratos y de fácil acceso. La obsolescencia programada contra la que el Parlamento Europeo pide medidas es también parte de este modelo”.
Creemos firmemente en la importancia de esta regulación europea, que debería pasar, ¿por qué no? también por una estandarización de planes educativos sólidos y replicables en Europa (aunque lo ideal sería a nivel mundial), que no solo permita la adquisición de los conocimientos necesarios para actuar en consecuencia y responsabilidad con el modelo de economía que implementamos, sino proveer de lo necesario a las zonas o países menos ricos, para que puedan hacer realidad estos estilos de vida y producción ecológicamente sanos. No menos importante, es el romper con lo que se viene haciendo desde siempre, o mejor, modernizar los estilos de producción y que dichos estilos estén promovidos y no solo impuestos, por los sistemas políticos.