El viaje está siendo revelador y al mismo tiempo lleno de encuentros largamente esperados.
Ayer de vuelta de Ondjiva, paramos para descansar hasta el lunes en Lubango. Hoy día 13 de noviembre, tuve la oportunidad de a algunas familias atendidas por las hermanas y jóvenes postulantes desde la pastoral. Era obvio, cuánto necesitan aquí iniciativas como las de la Fundación.
A pocos metros de nuestro centro educativo está la barriada donde viven Betinho y Josina con su madre.
Betinho es un hombre joven de 34 años. A los 14 años le tuvieron que amputar la pierna derecha por padecer de fiebre amarilla. Tuvo mujer e hijos que le abandonaron cuando vino la desgracia. Ahora vive solo en una habitación sin ventilación que le ha dejado su familia. Betinho no trabaja y no tiene posibilidades de trabajar debido a su diversidad funcional.
Josina es una mujer de unos 32 años que nació bien y es vecina del mismo barrio. Cuando tenía 2 años, sufrió unas convulsiones que no supieron diagnosticar y se le quedaron las piernas atrofiadas y totalmente deformadas. No puede caminar. Se arrastra por el suelo y necesita de la ayuda de su madre Emilia. Una mujer mayor que se quedó con Josina sola, puesto que la familia las abandonó.
Josina sueña con la posibilidad de poder tener una silla de ruedas que le permita montar su pequeño negocio de venta ambulante. Viven del trabajo de su madre, apenas tienen para comer.
Impresiona el afán de superación de Josina y la perseverancia y resignación de Emilia. Aún en medio de la dificultad se puede soñar. #AmaSueñaActúa
¿Nos ayudas a comprar una silla para Josina?