En todo Benin, la temporada festiva adquiere un dinamismo único a medida que se acerca la Navidad. Villancicos e historias tradicionales llenan la ciudad y se entremezclan creando un mundo maravilloso en el que Dios es el centro, y la humildad del Niño Jesús les interpela. En nuestro centro Complexe Scolaire Madre Trinidad, en Adjarra, no íbamos a pasar por alto estas fechas.
Es una celebración profundamente arraigada en las tradiciones culturales, Los niños la viven como un despertar espiritual, que alimenta y acrecienta el sentido de comunidad.
Con el fin de vivir como familia la Navidad realizamos varias actividades, entre ellas el carnaval infantil navideño el día 19 de diciembre. Es una comparsa con mucho ritmo africano, donde el personal con los niños inundaron las calles con un canto a la esperanza.
En la comida de Navidad del Centro, participamos los miembros del personal, y nos reímos compartiendo como hermanos el amigo invisible. Lo divertido fue las pistas que teníamos que seguir hasta dar con la persona que nos regalaba. Al final, cuando se descubría quién era, nos hacíamos la foto junto al cuadro de Madre Trinidad, figura que inspira nuestra labor..
Cierto es que la alegría de la Navidad se contagia, y florece en cualquier lugar, paraje y sitio de la Tierra. Aquí lo celebramos desde la humildad más profunda, como profunda también es nuestra felicidad.