El ocio educativo y comunitario es educación y aprendizaje, bidireccional y participativo, con objetivos, competencias y metodologías, tal y como sucede en otros sistemas como la escuela, pero en otros espacios y tiempos. Trabajando las funciones básicas de toda educación, pero partiendo de los intereses y necesidades de cada persona, en nuestro caso de la infancia. Abarcan áreas como la música, las artes plásticas, el deporte, el medio ambiente, el voluntariado, el compromiso con la sociedad, el trabajo en grupo o el ocio, sin olvidar la perspectiva de género. Las materias curriculares minusvaloradas por el sistema educativo y por la sociedad en general como las expresiones artísticas o la actividad física demuestran su valor como sostén anímico y, por lo tanto, vital.
El ocio educativo y comunitario es convivencia, descanso, diversión y desarrollo personal. Tiene una dimensión lúdica, que resulta imprescindible para el equilibrio social, físico, psicológico y emocional de la persona. Su dimensión ecológica, nos obliga a la mirada del entorno y sobre su cuidado, y nos apremia sobre el impacto que tenemos sobre la naturaleza, los seres vivos, la comunidad. Los centros y entidades para el ocio educativo son espacios de socialización seguros, con figuras de referencia positivas, alejados de la violencia y de las actividades de riesgo. Se basan en la participación voluntaria, automotivada y gratificante, pero en relación para con otras personas, diversas, con diferentes realidades y experiencias, que permiten la acción educativa y el desarrollo comunitario.
Por todo ello, y dentro de nuestras actividades curriculares compartimos con vosotras un día de ocio de la Escuela Madre Trinidad de Benín.