La semana pasada tuve la oportunidad de explorar Perú y fue una experiencia realmente enriquecedora. Me recibieron calurosamente las Hermanas en su hogar, y sor Goretti y Roberto habían preparado un itinerario emocionante, repleto de encuentros significativos y momentos de reflexión.
Durante mi estadía, visitamos varios proyectos impulsados por las Hermanas en Lima. Un encuentro especial fue con José Luis, un ex padre de familia del Regina Pacis. Pasamos un buen rato conversando sobre la labor de la Fundación y la importancia de las iniciativas sociales en la comunidad.
Al día siguiente, comenzamos un recorrido por el cono sur de Lima, empezando por Villa El Salvador, donde el padre Jhon, un sacerdote que coopera con el Regina y es un buen amigo de las Hermanas, nos mostró las capillas de su parroquia y nos habló sobre la labor social y pastoral que llevan a cabo allí.
En la tarde, también en el sur, visitamos la Ciudad de los Niños, un lugar gestionado por el hermano Juan Ricardo, de la orden franciscana. Este hogar ofrece apoyo a 300 niños y jóvenes, desde los 3 hasta los 18 años. Allí, no solo viven, sino que también asisten a la escuela, comparten sus jornadas, duermen y comen juntos. Además, han comenzado a desarrollar empresas sociales, lo que es un paso importante hacia su independencia.
El lunes 28, organizamos una reunión con todo el personal del Regina Pacis, que suma alrededor de 75 docentes y otros trabajadores. Fue una excelente oportunidad para presentar la Fundación, y la respuesta fue muy positiva. Muchos se mostraron interesados y expresaron su aprecio por el trabajo que se realiza. Esa misma noche, tuvimos un encuentro con los padres, con la misma intención de informar e involucrarlos en nuestra misión.
Al día siguiente, conocimos el proyecto “Encuentra tu sentido”, liderado por Paloma, una joven exalumna del Regina Pacis. Esta iniciativa acoge a niños de 4 a 18 años, sumando un total de 27 pequeños. La pasión y determinación de Paloma son inspiradoras; lleva dos años trabajando para hacer crecer este hogar y ha logrado reunir donantes que apoyan su causa. Su compromiso y dedicación son verdaderamente admirables, y evidentemente, está dispuesta a luchar por el bienestar de cada niño en su cuidado.
Esta semana ha sido un recordatorio del impacto que una comunidad unida puede tener en el futuro de los más jóvenes. La labor que realizan las Hermanas y muchos otros es invaluable, y me siento honrada de haber podido ser parte de esta experiencia tan transformadora.
Begoña Díaz de Diego. (Directora de proyectos)
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