A finales de marzo de 2022, animados por la ola de solidaridad, pero sobre todo animados por un deber de responder a un grito de la humanidad nos lanzamos a un proyecto que ha cambiado vidas.
La generosidad fue escenario de una hazaña casi impensable: tener dos casas de acogida (Casa PAZ – Oporto y Casa MAR – Esposende) abierto en un intervalo de un mes, con un total de 60 camas donde ya hemos visto un total de 110 personas con diferentes historias, pero con el mismo denominador: la búsqueda de la seguridad y la paz. Nuestros esfuerzos han sido para generar un ambiente de seguridad y tranquilidad. Nada podrá borrar lo que vieron y vivieron, pero la acogida devuelve el calor y el confort perdidos.
Personas que han de superar un exigente proceso de integración: idioma, costumbres, clima, trámites burocráticos, trabajo, … Empezar de cero: sólo queda TODO por delante. Su vida ha cambiado radicalmente y las nuestras con ellos.