El pasado 16 de noviembre, tuvimos una reunión de la comisión de seguimiento del Convenio firmado con Cruz Roja, Concello de Barbadás y la Fundación en nombre de las Hermanas. El proceso de conversaciones para la apertura del Centro, (sito en Rúa Convento N.º 8 de Sobrado do Bispo (32890), Barbadás, Ourense), se inicia en marzo de 2022 con el fin de contribuir a dar una respuesta humanitaria a la situación de emergencia producida por el éxodo de la población ucraniana tras el conflicto bélico desatado en su país. Se configura como una propuesta de colaboración entre la Congregación propietaria del edificio, el Ayuntamiento de Barbadás y Cruz Roja.
Tras el proceso de adaptación de los espacios a su nuevo uso, abrió sus puertas al primer contingente de personas ucranianas, como recurso/Centro de Emergencia, a principios del mes de julio. La duración de la guerra y la acumulación de solicitudes de Protección Internacional recibidas por el MISSM (Ministerio de Migraciones) han originado cambios en la tipología de Centro, de acuerdo con las necesidades de cada momento.
Actualmente el Centro, se engloba dentro de la fase de Acogida Temporal para personas solicitantes y beneficiarias de Protección Internacional y Protección Temporal.
El colectivo predeterminado: Familias y mujeres (si bien no es vinculante para el Ministerio, por lo que también se producen algunas asignaciones de hombres adultos solos.)
El total de personas atendidas en el Centro desde el inicio hasta hoy son 117: 49 mujeres, 29 hombres, 21 niñas y 18 niños.
Al comienzo y durante el primer periodo fueron todo personas de origen ucraniano, actualmente se ha ido diversificando dadas las necesidades. Así, han llegado colombianos, venezolanos, peruanos, georgianos, rusos, sirios, malienses y sudaneses. Esto hecho, en algún caso ha producido ciertas tensiones y conflictos que, gracias al equipo técnico se han ido solventado.
Se han producido varias salidas del Centro por distintos motivos: abandonos, traslados por familiares en otros países, por el paso a 2º fase que obliga a pasar a pisos y comenzar una fase de mayor autonomía: trabajo, organización doméstica, etc. Y finalmente, por denegación de la solicitud de protección. No han sido muchos, el problema es que cuando llega tienen 15 días para abandonar el centro y esto supone un desgarro y una situación de vulnerabilidad todavía mayor, si cabe.