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Firma digital Fundación M. Trinidad Carreras

“Nos encomendaréis la misión apostólica enviando la mitad a las misiones de los niños pobres y abandonados y la otra mitad adorando la sagrada Eucaristía día y noche, uniendo las dos vidas en esta vuestra amada familia que vos, mi dulcísima Madre, tomasteis en vuestro Corazón Purísimo…”.

“Si Jesús te llama para que obres el bien, Él te dará la gracia”

(Madre Trinidad Carreras, Merceditas, que nunca perdió su espíritu de niña)

 

Maria Candelaria Godínez Rocha, Sor Cande, es antigua alumna del Colegio Madre Trinidad en León (Guanajuato, México). Tras terminar sus estudios en el colegio, inspirada por una familia católica y amorosa, por las enseñanzas de sus maestras, las Esclavas de la Santísima Eucaristía y la madre de Dios y la vida de la madre Trinidad Carreras, profesa los votos perpetuos en 2002 en el colegio de su infancia, rodeada de sus seres queridos. En 2003 fue destinada a Perú. Permaneció en Lima 10 años como tutora de 2º; 3º y 4º de primaria. En el 2013 fue enviada a La Pampa, donde fue catequista de allí y de los caseríos de alrededor, maestra de religión en infantil y maestra de Lengua e inglés en secundaria de un colegio estatal.  Actualmente es maestra de Inglés en Adjarra (Benín), es una de las hermanas que llegaron a este destino tan necesitado a fundar el Proyecto de la Congregación el 3 de septiembre de 2019: un nuevo Colegio Madre Trinidad. También pasó por España, estuvo en Granada, haciendo sus prácticas como profesora de inglés en la guardería que entonces había en el Carmen de la Beata en proceso de canonización Conchita Barrecheguren; también en Bilbao como profesora de inglés en el Colegio Madre de Dios.

Escrito así parece un currículo sin más. Pero es la historia de una misión, de una vida de entrega a los demás, dura, difícil y ardua, llena de peligros, enfermedades y carencias, pero no por menos enriquecedora, entrañable y maravillosa; es la historia de una relación con esos pequeños tan necesitados de afecto, de compasión, de alegría, de besos y abrazos, que Sor Cande entrega con toda la generosidad de su gran corazón, sin esperar nada a cambio. Sólo que sus niños estén felices, sanos y protegidos, allá donde le haya tocado ir. Es una historia de ternura de madre.

Ahora está en África, Benín, Adjarra, una petición que le hizo al Señor hace muchos años y por fin ha llegado. Porque ella ya era parte de ese proyecto antes incluso de ser preparado. Sor Cande soñaba con ello, en silencio y con humildad porque ella es así y lo que para otros pudiera haber sido un tormento para ella es una bendición.

Conocer a Sor Cande es… ver en ella lo que significa ser cristiano, sonreír ante su mirada dulce y su voz suave y amable, darse cuenta de que estamos a años luz, espiritualmente, de los misioneros. Ellos son los grandes discípulos de Jesús, los mártires de esta y otras épocas. En sus vidas hay un vía crucis constante, una pasión sin límites y momentos de soledad, de añoranza de sus seres queridos, de adaptarse a otras culturas y mostrarles el rostro de Jesús.

Desentrañemos y disfrutemos juntos de esta entrevista,

1.- ¿Cómo y cuándo sentiste la llamada del Señor a este ministerio?

Desde niña siempre me llamó la atención la gente necesitada que veía en la calle con alguna necesidad, me preguntaba ¿Por qué ellos tienen menos que yo? y me decía: ¡Cómo me gustaría ayudarles! Todo esto unido a lo que iba aprendiendo de Jesús en las clases de Religión. Me atraía mucho su manera de ser con las personas: compasivo, cómo ayudaba a través de los milagros y la relación que tenía con Dios y los apóstoles. Empezó en mí un gran deseo de ser como Él y ayudarle, su compasión, humildad, perdón… En el colegio había una capilla y me gustaba siempre ir antes del recreo para estar con Él y recibir la Comunión que nos daba sor Luz. Le pedía mucho por mis papás. Allí había un crucifijo y no podía apartar la mirada al igual que el que tenía en casa.

Un día iba en el coche, nos detuvimos porque estaba el semáforo en rojo. Justo frente a una mujer pobre, sentada el borde de la acera, con un bebé en brazos, su mirada era triste. Me miró y yo me la quedé mirando, fue un mirarme especial, sentí quien me miraba era Él, Jesús quien me decía: Ayúdame, haz algo por mí, te necesito. Este mirar me cautivó y le dije: Aquí estoy, cuenta conmigo, quiero seguirte y ser como Tú. Tenía 18 años.

2.- ¿Qué se necesita para ser misionera?

Que Jesús sea Alguien importante en tu vida, estar disponible para ser enviada a donde se necesite, cuidar la relación con Jesús a través de la oración y salud.

3.- ¿Qué llevas en tu maleta para la misión?

Dos cosas:

Mi persona, mi manera de ser. El deseo de ser el instrumento que Jesús necesita y los medios materiales según lo que necesite para llevar a cabo la misión que se me encomienda. (Aunque Sor Cande no lo ha dicho yo añadiría valor, entrega, fe y toneladas de comprensión, estar dispuesta a vivir entre los más pobres y a servir a los más necesitados, sobre todo los niños y a ella le sobra de todo eso, su maleta no pesa porque lleve su Cristo de San Damián o su Virgen de la Luz, le pesa porque lleva devoción).

4.- ¿Qué es para ti la misión?

Para mí la misión es al mismo tiempo “tarea” y forma de estar en el mundo, en la Iglesia como Congregación. He tenido la oportunidad de estar en tres países: España, Perú y Benín.

Puedo decir que estos años también han sido un proceso donde yo, como persona he crecido, mi deseo de seguir a Jesús y ser su discípula ha ido aumentando en exigencia, radicalidad, al mismo tiempo que se ha ido purificando. Ha sido un camino de ir muriendo a mí misma y de ir aprendiendo todo aquello que me va presentando el Señor.

5.- ¿Cuál es la misión de tu congregación?

Se concreta carismáticamente mediante la Adoración al Santísimo Sacramento y la dedicación a la formación humana y cristiana, principalmente con la niñez y juventud.

6.- ¿Con qué dificultades te has encontrado a lo largo de tu vida como misionera y religiosa?

La adaptación al lugar: clima, cultura culinaria, tradiciones, costumbres, idioma y dialectos como en el caso de Benín.

7.- ¿Qué es lo que más te llena de ser misionera?

Lo que más me llena de ser misionera son los niños, su inocencia, ternura, sencillez, mirada, alegría, espontaneidad, también su vulnerabilidad. El interés y la recepción de lo que les explicas me conmueve, me da la posibilidad de convivir y ser como una mamá para ellos.

Y colaborar con el país para hacer una mejor Humanidad. Formar personas. Es todo un reto. Es lo que quería Madre Trinidad cuando comenzó a acoger niñas huérfanas de la guerra civil española. Pero siempre con delicadeza, conociendo y respetando la cultura y sus tradiciones. Todos somos hermanos.

8.- ¿Cómo es la vida en una misión? (actividades diarias, tareas, proyecto…).

En nuestro caso por la mañana, dependiendo del día, empezamos temprano con la misa o el rezo de laudes. Después desayunamos. Las hermanas que tenemos obligaciones en el colegio nos vamos para atender a los niños y regresamos para comer, las otras hermanas se quedan realizando tareas en casa, es un no parar, no son suficientes las manos, dice sonriendo. Algunas hermanas regresamos al colegio, pues los niños salen por la tarde, a las cinco, aunque ahora hemos puesto también un servicio de guardería porque hay padres que salen tarde de trabajar y los niños están seguros con nosotras. Todos desayunan, almuerzan y meriendan en el colegio. Antes iban a comer a sus casas, pero venían con mucho sueño, son tan pequeños… y ahora comen, descansan su siesta y siguen con sus clases.

Aunque el agradecimiento que sentimos es enorme por parte de los padres, hemos puesto un precio simbólico tanto para las matrículas en el colegio como para las comidas o guardería, así también les dan valor, que es importante.

Después hacemos la adoración durante el periodo de tarde, una hora cada hermana hasta llegar a la hora de rezar vísperas y el rosario. En seguida cenamos, luego tenemos un tiempo de estar juntas para conversar cómo nos fue durante el día, para compartir lo que hemos hecho y mejorar juntas cada día nuestro cometido. Por último, nos despedimos y vamos a la capilla a rezar Completas y cada una se retira a su habitación a descansar.

(Sor Cande me cuenta esto como si viviera en el pueblo de al lado, siento su humildad, no quiere, le cuesta, admitir el mérito que tiene estar en los lugares más pobres, donde ni las calles están asfaltadas, las enfermedades como el paludismo afectan a gran parte de la población, incluidos los niños que lo contraen todos los años en las temporadas de lluvias donde se forman charcos como lagunas y son casi imposibles de sortear, la entrada al colegio es un auténtico pantano, plagado de insectos y agua estancada y podrida. Ella y las otras hermanas ya lo han contraído, pero gracias a Dios han salido adelante. Las hermanas constatan que, a la inmensa mayoría de la gente, la pobreza no les permite tener satisfechas las necesidades básicas como alimentación, salud y educación Y así un largo etcétera que ella no cuenta, porque su única “ambición” son sus pequeños, que aprendan y crezcan con valores, puedan aspirar a una vida digna y darles a conocer a Jesús para que lo amen como a su mejor Amigo.

10.- ¿Qué ha supuesto en tu vida dejarlo todo por la misión?

Para mí ha supuesto dejar a mis papás, que conforme van pasando los años, se van haciendo mayores y limitados, me duele no estar con ellos físicamente cuando se enferman o se ponen delicados, me gustaría apoyarlos. También estar lejos de mis hermanos y sobrinos, especialmente cuando pasan por momentos difíciles. En ambos casos lo único que hago es encomendarlos a Dios, que los cuide, proteja y sostenga en todo momento.

Después de haber estado con ellos de vacaciones debo regresar a la misión, separarme me duele. Mi familia es muy importante para mí.

 

11.- ¿Qué es lo más gratificante de ser misionera?

Los más gratificante es poder tener contacto con los niños, pues tengo la oportunidad de conocerlos, que les pasa cuando veo sus rostros tristes o se muestran muy calladitos, los consuelo y acaricio. También ellos me transmiten alegría, y su inocencia me conmueve y me enseña. Por todo esto le digo a Jesús: Gracias por lo que los niños son y me permiten ser. Me puedo imaginar lo que ellos significaban para Él y cómo disfrutaría de estar con ellos, tanto que nos lo dice. Dejad que los niños se acerquen, dejad que vengan a mí.

12.- ¿Crees que esta es una misión abierta a todos o que, como vocación, requiere de un discernimiento y preparación dirigida sólo a unos pocos?

Yo creo que está abierta a todo aquel que sienta que Jesús le llama y le invita a ser su discípulo, así como los apóstoles. En el caso que dude para dar el primer paso, necesita hacer discernimiento. Esto que me preguntas sobre la preparación, pues te diré que en mi experiencia me ha ocurrido que a quienes vas a anunciarle la Buena Nueva, a los que vas a ayudar…ellos también desde su sencillez y condición han sido testimonio del Amor de Dios y sin ninguna preparación. Lo que sí creo que es indispensable es un corazón que abrace incondicionalmente y estar disponibles para servir.

13.- ¿Cómo es Benín? ¿Cómo es la evangelización? ¿Cómo responde la gente y su cultura a vuestra presencia?

Aquí hay mucha actividad pastoral en las parroquias. Hay muchos sacerdotes y religiosas jóvenes de congregaciones autóctonas. Me llama la atención con respecto a otros países y sobre todo a la convulsión que azota Europa.

Nosotras fuimos la primera congregación extranjera aquí en Drogbo, Adjarra, Benín.

Son acogedores, respetuosos, con deseos de aprender, de conocer. Nosotras damos, pero ellos también nos dan con su cultura y tradiciones. En muchas formas nos cuidan y apoyan, a veces demasiado, nos ven como si fuéramos especiales, hasta nos tratan con reverencia jaja, nos limpian el banco de la Iglesia antes de sentarnos o nos hacen una inclinación con la cabeza. Nosotras no les dejamos, queremos que sientan que somos iguales, que no hay nada que nos distinga, participan mucho en todas nuestras iniciativas, nos sentimos afortunadas por su gratitud.

La gente está sedienta de Dios.

15.- ¿Crees que hay cultura misionera en la actualidad?

Sí hay cultura misionera mundialmente, pero depende del continente. En el entorno que nos hemos movido desde que llegamos a Benín los adolescentes y jóvenes son más participativos en misa, retiros y encuentros vocacionales que organizan las parroquias, como si estuvieran muy abiertos al mensaje de Jesús.

Es más difícil en los tiempos que estamos viviendo, pero pienso que el potencial en los jóvenes, quienes son el futuro, existe el deseo de ayudar, de hacer el bien, pero está dormido, sería necesario despertarles para construir juntos un mundo mejor. Están anestesiados. Que los que estamos al frente, con nuestro testimonio les hagamos ver. Tengo ilusión y esperanza porque en ellos hay grandes posibilidades. Hay que buscar la forma de contagiarles, lo tienen todo muy fácil, los estamos haciendo débiles, resulta difícil que se comprometan para cualquier vocación.

16.- ¿Qué mensaje les darías a aquellas personas, religiosas o laicas, que sientan una inquietud misionera? ¿Y a esas otras que no la sientan para animarlos a seguir ese camino?

Les diría que vienes a dar, pero recibes. Si tienes ese deseo que luches por él, no es nada fácil pero el Señor siempre va contigo, te sostiene y acompaña. Necesitamos a toda costa gente que se atreva a dar el paso. No es necesario ser religioso, también hay misioneros laicos muy comprometidos.

17.- ¿Qué ayuda recibís de la Fundación Madre Trinidad Carreras?

Mucha. Es maravilloso lo que la Fundación desde que se creó colabora con nuestros colegios en todas nuestras misiones. Antes de eso, desde que la Madre Trinidad sintió, en Adoración, esa llamada a fundar una Congregación misionera, eran las donaciones y las almas caritativas las que hacían posible nuestra misión, ahora también hay donaciones externas pero está todo más organizado a través de la Fundación y, aunque son muchas nuestras necesidades, aprovecho para agradecer, en nombre de todas las hermanas de nuestra Congregación, las que estamos y las que ya se fueron, a todas las personas y entidades que hacen posible que podamos seguir evangelizando y cuidando de los niños y jóvenes del mundo que creen no tener ninguna posibilidad en la vida y logran llegar a ser adultos, con formación y con futuro. Que los niños puedan comer y recibir una educación, que puedan superar enfermedades, que sea posible la formación de los nativos, como las becas de formación Timor Leste, para que nos ayuden desde el conocimiento de su cultura a educar, a enseñar, a transmitir conocimientos, a dar dignidad.

Una cosa es empezar, pero luego el proyecto sigue creciendo, los niños van pasando de curso, continuar y mantenerlo es lo más difícil.

Gracias de corazón, todos están sin excepción en nuestras oraciones diarias.

21.- ¿Por qué Benín? ¿Cómo se elige la misión?

En el caso de Benín hubo un sacerdote de esta zona, Martín Choingka, quien al estar estudiando en Madrid nos conoció como Congregación, así como nuestro carisma y espiritualidad, nos habló de la devoción y cariño al Santísimo Sacramento y de las necesidades que había, especialmente en educación, que era un país en vía de desarrollo, no hay apenas infraestructura, empieza a haber algunas carreteras, pero las calles están sin asfaltar. Aquí una cama o un colchón es un lujo, la gente duerme en esteras. Hay dos temporadas de lluvias torrenciales y eso paraliza las obras o las destruye. Este sacerdote informó a su obispo y le propuso ir y conocer y así lo hicimos.

En la Pampa también fue así y en Timor Leste (Oceanía) fue una hermana de la congregación la que propuso la necesidad del Colegio.

Con esfuerzo y sacrificio, la congregación va desarrollando el proyecto, el cual se va construyendo por fases: el colegio, la capilla, una cocina grande que permita cocinar para los niños y nuestra casa. Además de una granja-huerto para abastecer los comedores, mientras tanto hemos estado comprando los productos en los mercados locales, pues allí los precios son más baratos. También festejamos los cumpleaños a los niños con canciones, decorando el salón de clases y dándoles a los cumpleañeros un detalle hecho con manualidades. De igual manera hacemos que los niños se involucren en la elaboración del regalo por el día de la madre y del padre. Sabemos que el comienzo es difícil porque son años de trabajo, constancia y renuncias hasta que estamos más o menos bien instaladas. Algo que nos ocurre con frecuencia es el corte de luz por lo cual es necesario utilizar un generador eléctrico, lo cual implica mantenerlo en buen estado y abastecerlo de combustible. El medio de transporte más común y asequible para la mayoría de la gente es la moto taxi. Yo nunca me imaginé que me atrevería a subirme en una, pero forma parte de estar aquí, de haberle dicho que Sí con todas sus consecuencias, pues merece la pena, pues los niños quienes fueron unos de sus predilectos son a quienes deseamos formar para acercarlos a Jesús, que lo conozcan para poder amarlo.

 22.- ¿Cómo es la relación con otras congregaciones?

Aquí se comparte todo. Somos hermanos de vida consagrada. La relación es amigable, fraterna. La unión hace la fuerza y en la diferencia está la riqueza.

23.- ¿Recuerdas tu primer día en Benín?

(Sonríe). ¡Cómo olvidarlo!, nos recogieron en el aeropuerto, ya estaba en África, lo que tantas veces le pedí al Señor y agradecida a mi congregación que me eligiera para esta misión. Nos llevaron a un tercer piso sin ascensor en una zona muy muy pobre. Las habitaciones eran grandes y hasta nos buscaron camas, estaban muy agradecidos de que hubiéramos aceptado este compromiso y llegamos las cuatro hermanas con nuestras maletas y nada más. Era un lugar algo oscuro, al que nosotras fuimos dando luz y limpiando muy a fondo. Aunque era inevitable convivir con todo tipo de insectos y cucarachas. Recuerdo que miraba por la ventana y sólo veía necesidad, calles de tierra, niños y adultos sin hogar, sin comida, sin cariño. Pagábamos un alquiler, pero nos sentíamos privilegiadas de vivir allí por humilde que fuera en comparación de cómo veíamos que vivían los demás. Allí estuvimos hasta casi mediados del año 2023 que ya se había terminado la primera fase del proyecto y nos mudamos. Fueron años de mucha burocracia trasladándonos numerosas veces, a casi dos horas, para tramitar la documentación necesaria como residir en Benín, registrar la congregación de manera oficial, pedir la autorización del Infantil (que a día de hoy aún está en proceso y pronto nos la darán), y todo los trámites solicitando la autentificación y equivalencia de nuestros estudios, que también aún están en proceso.

Llegar a una misión no es fácil. Hace falta un periodo de adaptación a todo, al idioma, a las costumbres, a la gastronomía, al clima. Es un concepto de universalidad que tal vez no se entienda en los países desarrollados. Aquí hay que hacerlo todo con mucha paciencia y mucha sensibilidad, teniendo consideración y tacto, dejando a un lado nuestros prejuicios y escrúpulos. Lo que allá es una necesidad aquí es un lujo. Te das cuenta en cada misión de que la mayoría de las cosas son superfluas, que en la vida cotidiana y diaria nos creamos una serie de exigencias y abundancias, que en otros lugares del mundo donde la penuria, escasez e insuficiencia son tan grandes, no son necesarias.

Que nos basta muy poco para vivir bien y ayudar a los que más lo necesitan.

En el lugar donde estuvimos alojadas hasta que el proyecto de Adjarra estuvo más o menos terminado no podíamos implicarnos mucho porque luego nos íbamos a marchar y no queríamos tampoco dejar un vacío, pero sí, el poco tiempo que teníamos libre con tantas dificultades de tramitación de documentación y, como te digo, el propio proceso de adaptación a todo, no dejábamos de dar y participar en todo aquello donde se nos pedía nuestra ayuda y presencia.

20.- Por favor, dinos, di a nuestros lectores, sin olvidar nada, ¿cuáles son vuestras necesidades? En “nuestro” mundo ignoramos muchas y con tu testimonio podemos daros tanto como necesitéis, es necesario que aprendamos de vosotras, que nos despojemos y vaciemos de tantas cosas que no necesitamos para ayudar a nuestros semejantes que sufren la pobreza extrema, la enfermedad, el hambre…

Necesitamos muchas cosas. Alimentos, productos y útiles de limpieza, de aseo personal sobre todo para los niños, medicamentos de todo tipo, sobre todo contra el paludismo y pomadas antibióticas porque los niños sufren de unos granos a causa del calor que crecen, tienen pus y se infectan, les da fiebre, no sólo en el cuerpo, en sus caritas también; además de gasas, suero fisiológico, esparadrapo, vendas, algodón, Betadine o cristalmina, pastas de dientes, paracetamol líquido infantil, tiritas, antistamínicos… Todo nos viene bien. Un buen botiquín bien abastecido sería maravilloso. Los niños y niñas suelen llevar el cabello corto, pero cuando van a la peluquería allí contraen el hongo de la tiña y es muy contagioso, se les lastima mucho el cuero cabelludo y tienen incluso que dejar de venir al colegio para no contagiar a otros niños. Serían necesarios champús y lociones especiales para evitar el contagio, así como medicamentos para tratar la infección, pues es doloroso para ellos, les causa picor, descamación y caída del cabello. Lo peor es que se propaga rápidamente.

También material escolar, aquí se habla, como te comentaba, francés y dialectos y los niños que ahora tenemos tienen 3 , 4 y 5 años, pero van creciendo y cambiando de curso, para poder seguir creciendo como colegio necesitamos libros, lápices, libretas, juegos de reglas, sacapuntas, gomas de borrar, material para manualidades, alfombras con abecedario, números, colores, fichas de caligrafía y matemáticas, folios blancos y de colores, en fin, material didáctico en francés y todo lo que es necesario para que estudien y aprendan. También ropita interior porque son pequeños, y tenemos que bañarlos y cambiarlos.

Necesitaríamos una fotocopiadora más. Actualmente tenemos una impresora pequeña y la tinta se termina rápido. También tinta de colores para abastecer la fotocopiadora que tenemos. Y más impresoras, tenemos una, pero estamos acabando con los cartuchos de color que nos quedan y con una no es suficiente. Ahora ya comenzamos comenzaremos este curso 2024-2025 con primero de primaria, pero el año que viene será segundo y así sucesivamente, también tenemos ya más matrículas para infantil, por lo que el número de niños aumenta. Ojalá que también pudiéramos contar con becas para aquellos niños, cuyos padres no podrán inscribirlos porque viven en extrema pobreza.

Para poder abastecer el comedor estamos creando una granja-huerto con la idea de que ahí podamos cultivar todo para no tener que comprar demasiado. Semillas de hortalizas y frutas nos vendrían muy bien. Así como útiles de horticultura.

Como te decía vamos creando nuevos cursos y no tenemos aula de informática para que podamos formarlos en tecnología. Sería estupendo poder contar con ordenadores.

Una de las cosas más importantes es la formación de maestros. Te hablaba de las Becas Timor Leste que están dotando a esa misión en Oceanía de personas que han podido estudiar magisterio en las distintas especialidades. Si eso fuera posible también en Benín nos ayudaría mucho porque nosotras somos sólo cuatro e impartimos lo que podemos y con la preparación que tenemos, pero el resto de asignaturas no las podemos enseñar. Para ello no sólo es necesario formar maestros, también tenemos que pagarles un sueldo e ir creando nuevos grados.

Gracias Sor Cande por compartir con nosotros una experiencia que, a mí, por lo menos, me ha dado otra visión de la vida, más entregada, más generosa, menos consumista, y sobre todo he sentido ese abrazo a toda la Humanidad, donde no es importante nuestra raza, cultura o creencias. ¡Qué importante es estar unidos, ayudarnos unos a otros! Dar porque lo recibimos multiplicado.

Gracias por tu amor a Jesús que lo haces en oración, pero también a través de tus sentimientos de ternura a esos niños que te quieren como a una madre.

Gracias a la Congregación de las Esclavas de la Santísima Eucaristía y de la Madre de Dios, a la madre Trinidad Carreras y a la Fundación que lleva su nombre y su mensaje por el mundo.

MERCHE H. (VOLUNTARIA DE LA FUNDACIÓN)